Se aborda el estudio de las relaciones de poder en el seno de la élite urbana y sus relaciones con el poder municipal y con las clases subalternas en el período que va desde la instalación del municipio (1856) y la capitalización de Buenos Aires (1880). En este período el Estado está en formación tanto en el nivel nacional, provincial como municipal. La gestión directa de las élites de vecinos ofreció soluciones a problemas inéditos en el medio urbano de la época. La élite urbana se autodefine como el conjunto de vecinos/propietarios, herencia de la vieja categoría colonial de vecino con casa puesta. Su participación en los problemas de la ciudad también se piensa a partir de esquemas extraídos del pasado colonial de la ciudad. El espacio referencial es la parroquia, organizada alrededor de la iglesia y del juzgado de paz. Desde este espacio se forma la corporación municipal, elegida por colegios integrados por los propietarios de cada parroquia que eligen un municipal para que levante las reivindicaciones del barrio y que actúe como inspector natural verificando el cumplimiento de las disposiciones municipales en su parroquia. Estas tareas se articulaban con el trabajo de una serie de comisiones formadas por los notables parroquiales que a la manera de alcaldes de barrio del período colonial se ocupaban de la solución de los problemas que los afectaban en una época de grandes transformaciones. Fue a partir de la relación comisión de vecinos-parroquias que la ciudad afrontó los años de transición entre la gran aldea y la megalópolis finisecular. La primera expresión del poder parroquial fueron las comisiones de educación. Se señalan sus ta
reas que resumen todo un período de política educativa y su posterior paso a segundo plano, al afirmarse el control directo de la corporación municipal sobre las escuelas. En 1867, con la creación de las comisiones filantrópicas, la gestión de vecinos avanza de la educación y la organización de los espacios verdes al control sobre las personas, al producirse los primeros casos de cólera. Se transcriben las memorias de estas comisiones, que resultan sumamente valiosas para comprender cómo los vecinos de cada parroquia afrontaron el cólera de sus secuelas, así como la lectura social que hicieron de las mismas. En agosto de 1875 se suprimen mediante ordenanza las comisiones de salubridad y se crean nuevas comisiones de higiene, con atribuciones más restringidas, las que junto a doce inspectores municipales designados efectuarían su tarea. Posteriormente, y debido al recorte de sus funciones, se producen renuncias en varias parroquias. El artículo concluye haciendo una referencia al periodismo barrial en base al análisis de dos periódicos pertenecientes a dos barrios diametralmente opuestos: El Ancla de La Boca y el Eco de la parroquia del Pilar. Incluye 59 notas bibliográficas.
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De Lucía, Daniel Omar
Buenos Aires : las formas de poder parroquial (1856-1880)
En: Boletín del Instituto Histórico. -- Año 8, no. 14 ((1995), 0). -- Buenos Aires : Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, 1995
Se aborda el estudio de las relaciones de poder en el seno de la élite urbana y sus relaciones con el poder municipal y con las clases subalternas en el período que va desde la instalación del municipio (1856) y la capitalización de Buenos Aires (1880). En este período el Estado está en formación tanto en el nivel nacional, provincial como municipal. La gestión directa de las élites de vecinos ofreció soluciones a problemas inéditos en el medio urbano de la época. La élite urbana se autodefine como el conjunto de vecinos/propietarios, herencia de la vieja categoría colonial de vecino con casa puesta. Su participación en los problemas de la ciudad también se piensa a partir de esquemas extraídos del pasado colonial de la ciudad. El espacio referencial es la parroquia, organizada alrededor de la iglesia y del juzgado de paz. Desde este espacio se forma la corporación municipal, elegida por colegios integrados por los propietarios de cada parroquia que eligen un municipal para que levante las reivindicaciones del barrio y que actúe como inspector natural verificando el cumplimiento de las disposiciones municipales en su parroquia. Estas tareas se articulaban con el trabajo de una serie de comisiones formadas por los notables parroquiales que a la manera de alcaldes de barrio del período colonial se ocupaban de la solución de los problemas que los afectaban en una época de grandes transformaciones. Fue a partir de la relación comisión de vecinos-parroquias que la ciudad afrontó los años de transición entre la gran aldea y la megalópolis finisecular. La primera expresión del poder parroquial fueron las comisiones de educación. Se señalan sus ta
reas que resumen todo un período de política educativa y su posterior paso a segundo plano, al afirmarse el control directo de la corporación municipal sobre las escuelas. En 1867, con la creación de las comisiones filantrópicas, la gestión de vecinos avanza de la educación y la organización de los espacios verdes al control sobre las personas, al producirse los primeros casos de cólera. Se transcriben las memorias de estas comisiones, que resultan sumamente valiosas para comprender cómo los vecinos de cada parroquia afrontaron el cólera de sus secuelas, así como la lectura social que hicieron de las mismas. En agosto de 1875 se suprimen mediante ordenanza las comisiones de salubridad y se crean nuevas comisiones de higiene, con atribuciones más restringidas, las que junto a doce inspectores municipales designados efectuarían su tarea. Posteriormente, y debido al recorte de sus funciones, se producen renuncias en varias parroquias. El artículo concluye haciendo una referencia al periodismo barrial en base al análisis de dos periódicos pertenecientes a dos barrios diametralmente opuestos: El Ancla de La Boca y el Eco de la parroquia del Pilar. Incluye 59 notas bibliográficas.
1. ARGENTINA; 2. AR; 3. MUNICIPALIDADES; 4. RELACIONES ESTADO Y SOCIEDAD; 5. FORMACION DEL MUNICIPIO; 6. PARTICIPACION CIUDADANA; 7. BUENOS AIRES