En este artículo, el autor examina las agresiones perpetradas contra el espacio urbano de nuestras ciudades y el uso indiscriminado de la publicidad en la vía pública y aboga por una toma de conciencia de los valores de la ciudad existente. Se tratan los cambios producidos en los años recientes sobre el espacio urbano de Buenos Aires y sobre las principales ciudades del interior. No hay más que examinar el uso indiscriminado de la publicidad en la vía pública, para corroborar muchas patologías de este caos aparente, con escasos o nulos límites y controles. A una costanera con vastos sectores literalmente tapados por grandes carteles publicitarios que impiden la vista al río se suma una variable hoy de moda: los carteles en las terrazas de edificios, en proporciones que hacen temer por la estabilidad misma del soporte habitado. Sucede que, lo que inicialmente fue un recurso utilizado en los costados de rutas y autopistas, hoy ha invadido centro y periferia de las ciudades; mutilando mansardas, cúpulas y ornamentos en cubiertas, y caricaturizando las proporciones y estilos de las fachadas inferiores. Tampoco hay que esperar épocas preelectorales para apreciar las avenidas atestadas de pasacalles, y las columnas de hierro fundido empapeladas con un collage de afiches en eterna mutación. Si los espacios públicos y los edificios de cualquier ciudad son "el rostro visible" de una sociedad, estas contaminaciones visuales y funcionales denuncian la presencia de un cuerpo enfermo; de un organismo que prioriza estéticas parciales -una variante del lifting hoy de moda- antes que la salud integral de un individuo en su auténtica dimensión, integrante
de una ciudad con un pasado histórico común, con sueños e ideales compartidos. Uno de los riesgos más serios de esta contaminación visual generalizada es que se transforme en costumbre y en lo habitual, proceso por el cual hábitos y conductas condenables pasen a ser aceptados casi rutinariamente por el cuerpo social. Es necesario un replanteo a fondo de los alcances reales de las normas y su fiel cumplimiento, en forma paralela a una indispensable campaña de concientización. Incluye fotografías.
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Tartarini, Jorge
Contaminación visual y degradación urbana
En: Revista de Arquitectura. -- no. 174 ((Mar-Abr 1995), 0). -- Buenos Aires : Sociedad Central de Arquitectos (Buenos Aires), (Mar.-Abr. 1995)
En este artículo, el autor examina las agresiones perpetradas contra el espacio urbano de nuestras ciudades y el uso indiscriminado de la publicidad en la vía pública y aboga por una toma de conciencia de los valores de la ciudad existente. Se tratan los cambios producidos en los años recientes sobre el espacio urbano de Buenos Aires y sobre las principales ciudades del interior. No hay más que examinar el uso indiscriminado de la publicidad en la vía pública, para corroborar muchas patologías de este caos aparente, con escasos o nulos límites y controles. A una costanera con vastos sectores literalmente tapados por grandes carteles publicitarios que impiden la vista al río se suma una variable hoy de moda: los carteles en las terrazas de edificios, en proporciones que hacen temer por la estabilidad misma del soporte habitado. Sucede que, lo que inicialmente fue un recurso utilizado en los costados de rutas y autopistas, hoy ha invadido centro y periferia de las ciudades; mutilando mansardas, cúpulas y ornamentos en cubiertas, y caricaturizando las proporciones y estilos de las fachadas inferiores. Tampoco hay que esperar épocas preelectorales para apreciar las avenidas atestadas de pasacalles, y las columnas de hierro fundido empapeladas con un collage de afiches en eterna mutación. Si los espacios públicos y los edificios de cualquier ciudad son "el rostro visible" de una sociedad, estas contaminaciones visuales y funcionales denuncian la presencia de un cuerpo enfermo; de un organismo que prioriza estéticas parciales -una variante del lifting hoy de moda- antes que la salud integral de un individuo en su auténtica dimensión, integrante
de una ciudad con un pasado histórico común, con sueños e ideales compartidos. Uno de los riesgos más serios de esta contaminación visual generalizada es que se transforme en costumbre y en lo habitual, proceso por el cual hábitos y conductas condenables pasen a ser aceptados casi rutinariamente por el cuerpo social. Es necesario un replanteo a fondo de los alcances reales de las normas y su fiel cumplimiento, en forma paralela a una indispensable campaña de concientización. Incluye fotografías.
1. ARGENTINA; 2. AR; 3. BUENOS AIRES; 4. PUBLICIDAD; 5. VIA PUBLICA