Descentralización del Estado y democracia local
En: Manual de gestión municipal democrática. --
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1987
El estado moderno, tanto el que corresponde al capitalismo desarrollado como al dependiente, ha vivido un proceso paralelo y relacionado estrechamente: se ha vuelto más complejo e intervencionista y mucho más centralizado, tienen relativamente menos competencias y recursos respecto al Estado central, mientras que se han multiplicado los órganos descentralizados de carácter sectorial, dependientes del poder central y que actúan en forma compartimentada sobre el territorio. Esta centralización que históricamente tuvo aspectos progresistas es hoy, así nos parece, poco eficaz desde el punto de vista económico global: multiplica los costos sociales, los desequilibrios territoriales y las deseconomías de aglomeración ; socialmente es injusta, pues contribuye a aumentar las desigualdades entre los grupos y las áreas territoriales; políticamente es inaceptable pues conduce a un modelo tecno-burocrático. El sistema político se hace más autoritario, los ciudadanos más pasivos, la sociedad se gremializa para tratar con los organismos sectoriales, los partidos se profesionalizan y tienden a establecer relaciones de clientela con su base social, perdiendo así universalidad y capacidad de promover el cambio social. El autor expresa que es necesario y urgente plantearse, ante los Estados complejos y la capacidad de obtener grados importantes de consenso social, la descentralización político-administrativa como medio adecuado para promover la socialización política y las transformaciones socio-económicas que promueven el desarrollo y la solidaridad. Se expresa en esta introducción las ideas fundamentales que se desarrollan en los siguientes items: Democrac
ia formal y centralización política; La descentralización: una exigencia democrática; La centralización como expresión popular; Tendencias políticas y agentes sociales interesados en el proceso de descentralización; La descentralización: un proceso político administrativo. Se aclara en la conclusión que este capítulo introductorio, se basa principalmente en la experiencia europea, pero si bien, en su aplicación en América Latina, deben tenerse en cuenta las diferencias socioeconómicas y políticas, no pudiendo prescindir de los elementos comunes, que también deben estar presentes a la hora de la renovación de la vida política local, aunque la cuestión local en América Latina tiene una especificidad, tanto por la debilidad crónica de los gobiernos locales como por la urgencia histórica.
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