La incorporación de la equidad en la estrategia de desarrollo para América Latina y el Caribe
En: Pobreza : un tema impostergable; nuevas respuestas a nivel mundial. --
,
1993
Se discute el grado de equidad, los efectos negativos de la crisis y las políticas de ajuste y el divorcio entre las políticas sociales y económicas de las dos últimas décadas en América Latina. Se presentan propuestas conceptuales para la incorporación de la equidad como un componente orgánico de las políticas de desarrollo de la Región. El diagnóstico de la situación prevaleciente obliga a discernir entre la equidad entre países por una parte, y dentro de los países por otra. En el primer caso sería la inequidad propia de la evolución de las relaciones entre países desarrollados y en vías de desarrollo. En el plano interno, la inequidad se refleja en una heterogeneidad estructural. Las políticas de ajuste aplicadas en los países en desarrollo han sido recesivas, orientadas hacia el logro de los equilibrios fiscal y externo para facilitar el pago de la deuda, y han tenido graves consecuencias sociales. Este sacrificio social no fue acompañado por el éxito económico, ya que entre 1980 y 1920 el producto por habitante de la región cayó en 9.6 por ciento. Existen profundas discrepancias en torno a la naturaleza y significado de los desequilibrios básicos en la economía latinoamericana que han dado lugar a diferentes orientaciones ideológicas que se concretan en la elaboración y aplicación de distintos estilos de desarrollo. El divorcio entre las políticas económicas y sociales surge de la aplicación del estilo de "equilibrios con ajuste estructural", y no obedece a fallas en su aplicación, por lo que la inequidad en su consecuencia natural. Para que la equidad se incorpore como un componente orgánico de las políticas de desarrollo de la
región, deberían adoptarse un conjunto de medidas que se basen en un estilo de desarrollo que tenga a la equidad como uno de sus ejes, así como medidas concretas de política económica y social. Se trata de un modelo global de desarrollo que debe generar equidad por sus políticas de acumulación, distributivas y redistributivas, de empleo, de relaciones externas y de agentes económicos. Las acciones que se adopten con respecto a la equidad forman parte de la política económica general y serán el resultado del estilo de desarrollo que se ejecute. La equidad no puede considerarse como una consecuencia a prever, sino como un criterio básico para adoptar resoluciones. Pero cualquiera que sean las políticas, se exigirá una cierta conducta del Estado, de los grupos sociales y de los agentes económicos. Más allá de las disidencias de fondo en cuanto estilos de desarrollo, existe un amplio campo de acuerdo para emprender acciones que beneficien a los pobres. Los organismos internacionales deben aprovechar los ámbitos de coincidencia para desarrollar su acción. Cualquiera que sea la orientación de los gobiernos, deberían actuar sin demoras, en la mejora del acceso a la tierra, al crédito a la infraestructura y a la tecnología.
1.
; 2.
; 3.
; 4.
; 5.
; 6.
; 7.