Observa el autor que entre 1930 y 1949 Argentina experimentó una etapa de baja motorización y alto crecimiento caminero, caracterizada por una reorganización vial plena de obras ampliatorias de la red nacional y de los sistemas provinciales; hacia 1940 Buenos Aires concentraba alrededor de 1/6 del parque automotor del país; entre las varias causas de este crecimiento considera el conflicto competitivo entre capitales británicos y estadounidenses (FFCC vs. transporte automotor). Señala que el gran despegue de la política caminera puede ubicarse entre 1929 y 1934: diversos proyectos legislativos cuyo objetivo era comunicar eficazmente las distintas zonas internas del país; entre 1935 y 1940 hubo un gran ascenso caminero, mientras se generaba el fenómeno de "metropolización" o desarrollo de un tejido conurbano de amplio espacio, alimentado por las grandes migraciones internas y la conformación de una distorsiva presencia macrocefálica: el Gran buenos aires (igual a la suma de Capital Federal + partidos vecinos); de ahí que la comunicación entre la ciudad y estos partidos fuera uno de los aspectos clave de dicho ascenso. La Avda. Gral. Paz inaugurada oficialmente en 1941 resultó la vía de transferencia recíproca entre núcleo, periferia, territorio circundante y espacios interiores del país. De los censos de tránsito deduce el progresivo incremento del total de vehículos en tránsito: la casi duplicación del número de automóviles diarios entre 1938 y 1941; la relativa disminución de los ómnibus con respecto a los casi 11.000 colectivos más y algo más que la duplicación de los vehículos de carga en igual lapso. Enumera los problemas surgidos en
el orden capitalino a raíz del crecimiento caminero más allá de los límites de la ciudad: la red arterial y su consiguiente pavimentación y el ordenamiento del tránsito. El transporte automotor entre Capital y su espacio vecino tuvo progresivamente -entre 1936 y 1941- un peso gravitante que actuó sobre 3 ejes geográficos históricos: hacia el Norte, el Oeste y el Sur y otros ligados a ellos: el NO, SO y SE. Concluye expresando que el transporte automotor inyectó al incremento del Gran Buenos Aires una energía que cobró distintos matices en cada uno de los ejes metropolitanos mencionados: las actividades terciarias prevalecieron en el eje norte, las secundarias se combinaron con las terciarias en el eje oeste y fueron las prevalecientes en el sur: en éste los grandes puentes ferroviarios y camineros a través del Riachuelo fueron hechos claves de las obras de comunicación. Incluye tablas e ilustraciones.
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Iñigo Carrera, Héctor J.
El transporte automotor entre la ciudad de Buenos Aires y los partidos vecinos (1936-1941) : aproximación a su influencia metropolitana
En: Boletín del Instituto Histórico. -- Año 4, no. 6 ((1982), 0). -- Buenos Aires : Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, 1982
Observa el autor que entre 1930 y 1949 Argentina experimentó una etapa de baja motorización y alto crecimiento caminero, caracterizada por una reorganización vial plena de obras ampliatorias de la red nacional y de los sistemas provinciales; hacia 1940 Buenos Aires concentraba alrededor de 1/6 del parque automotor del país; entre las varias causas de este crecimiento considera el conflicto competitivo entre capitales británicos y estadounidenses (FFCC vs. transporte automotor). Señala que el gran despegue de la política caminera puede ubicarse entre 1929 y 1934: diversos proyectos legislativos cuyo objetivo era comunicar eficazmente las distintas zonas internas del país; entre 1935 y 1940 hubo un gran ascenso caminero, mientras se generaba el fenómeno de "metropolización" o desarrollo de un tejido conurbano de amplio espacio, alimentado por las grandes migraciones internas y la conformación de una distorsiva presencia macrocefálica: el Gran buenos aires (igual a la suma de Capital Federal + partidos vecinos); de ahí que la comunicación entre la ciudad y estos partidos fuera uno de los aspectos clave de dicho ascenso. La Avda. Gral. Paz inaugurada oficialmente en 1941 resultó la vía de transferencia recíproca entre núcleo, periferia, territorio circundante y espacios interiores del país. De los censos de tránsito deduce el progresivo incremento del total de vehículos en tránsito: la casi duplicación del número de automóviles diarios entre 1938 y 1941; la relativa disminución de los ómnibus con respecto a los casi 11.000 colectivos más y algo más que la duplicación de los vehículos de carga en igual lapso. Enumera los problemas surgidos en
el orden capitalino a raíz del crecimiento caminero más allá de los límites de la ciudad: la red arterial y su consiguiente pavimentación y el ordenamiento del tránsito. El transporte automotor entre Capital y su espacio vecino tuvo progresivamente -entre 1936 y 1941- un peso gravitante que actuó sobre 3 ejes geográficos históricos: hacia el Norte, el Oeste y el Sur y otros ligados a ellos: el NO, SO y SE. Concluye expresando que el transporte automotor inyectó al incremento del Gran Buenos Aires una energía que cobró distintos matices en cada uno de los ejes metropolitanos mencionados: las actividades terciarias prevalecieron en el eje norte, las secundarias se combinaron con las terciarias en el eje oeste y fueron las prevalecientes en el sur: en éste los grandes puentes ferroviarios y camineros a través del Riachuelo fueron hechos claves de las obras de comunicación. Incluye tablas e ilustraciones.
1. ARGENTINA; 2. AR; 3. TRANSPORTE URBANO; 4. BUENOS AIRES; 5. HISTORIA; 6. AREA METROPOLITANA; 7. TRANSITO URBANO