Un perfil social en Mataderos : criollos e inmigrantes
En: Historias de Buenos Aires. -- Año 2, no. 6 ((Nov. 1987), 0). --
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Nov. 1987
Trabajo elaborado por el Taller de Historia que funciona en el Centro cultural "Macedonio Fernández". El objetivo fue indagar sobre los grupos sociales que formaron el barrio y le dieron rasgos propios: el criollo, el inmigrante y un tipo muy característico: el guapo. Desde principios de siglo habitó el barrio -por entonces llamado Nueva Chicago- un grupo de gauchos vinculado a las actividades del matadero recién instalado en la zona: los reseros que sabían manejar el ganado y lo trasladaban en pie desde la campaña. Hacia mediados de los 40 entraron las últimas tropas arreadas por tierra; posteriormente se comenzó a utilizar el Ferrocarril. Sin embargo, para arrear a los animales dentro del mismo Mercado de Hacienda se siguieron usando los caballos. Los vecinos recuerdan las fiestas gauchas que habían quedado limitadas al festejo del Día de la Tradición (ahora reverdecidas los domingos y feriados patrios desde la instalación de la Feria Artesanal de Mataderos en 1986). En cuanto al grupo de los inmigrantes, algunos -descendientes de italianos- rememoran la elaboración del vino que reunía a los italianos del barrio: coordinaban la tarea rotando los elementos (prensadora, máquina de pisar); lo fabricaban en conjunto, trabajando todos en una casa por día desde la mañana hasta el amanecer del día siguiente, debido a que los calores de marzo podían echar a perder la uva; sacaban 3 vinos, el último era la vineta y lo destinaban al uso diario. Una inmigrante española, vasca, viuda de un lechero dió detalles sobre esta actividad: la leche llegaba por FC a Lugano y en invierno a Caballito, donde tenían que ir a buscarla; recuerda que los vascos se
reunían en un café de Tellier (actual Lisandro de la torre) y Rodó y que antes de los 40 las únicas calles asfaltadas eran Cafayate, Pilar y Avda. Alberdi que rodeaban al desaparecido Salaberry. Otros grupos inmigratorios eran los portugueses con sus quintas en un predio hoy ocupado por la Plaza de los Mataderos y los japoneses que habían instalado un vivero. Pese a que se daba una relación cordial a nivel de vecindad, casi no existió transculturación, pues cada grupo siguió cerrado en su propia cultura: "solíamos charlar en la vereda pero la forma de vida era distinta". Sobre el "guapo" afirman que no era el compadrito, sino el bravo, peleador, el hombre armado; sin ser matones gustaban de las peleas: "la gente trabajaba (en los Mataderos) de cuchillo a la cintura, iban armados, eran gente guapa". Concluyen expresando que el criollo y el inmigrante fueron los que con su trabajo convirtieron a Mataderos en un barrio pujante, con adelantos comerciales y culturales pero con una raíz histórica y tradicionalista. Incluye ilustraciones y poesías.
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